La piedra de Rök en Östergötland, Suecia, tiene la inscripción más larga conocida. Escrita por Varin en memoria de Vaemod, su hijo muerto, es un documento literario de principios de la época vikinga (alrededor del año 800). Contiene alusiones a canciones y leyendas perdidas. Texto tallado empleando el Futhark antiguo y el Futhark joven.Tiene una altura cercana a los
Runas, antiguo escrito alfabeto cuyas letras poseían un nombre intencionado y un sonido significativo.
Las interpretaciones de las Runas usadas para adivinación eran practicadas antiguamente por los Maestros Rúnicos, sus secretos no fueron registrados, o si lo fueron, no sobrevivieron. En tiempos antiguos las Runas y sus símbolos eran empleadas por los guerreros resueltos a conquistar, pero hoy en día sirven al Guerrero Espiritual: aquél cuya búsqueda es la de sostener batallas consigo mismo, cuya meta es el cambio de sí mismo. El Bhagavad Gita, ("Canción de Dios” conjunto de escrituras sánscritas hindúes, adoradas como las escrituras sagradas del hinduismo y consideradas uno de los clásicos religiosos más importantes del mundo) lo expresa concisamente en el capítulo 6, verso 5:
Eleva al yo por el Yo
Y no permitas que el Yo languidezca,
Pues el Yo es el único amigo del Yo,
Y el Yo es el único enemigo del Yo.
Para el Guerrero Espiritual. Libre de ansiedades, radicalmente solo y desapegado de los resultados o consecuencias, el Guerrero Espiritual pone en práctica la confianza absoluta en la lucha por la conciencia y está constantemente atento a la importancia de tener un presente verdadero. Toma mucho tiempo crecer en sabiduría, sin mencionar el tiempo que toma aprender a pensar bien. El Camino del Guerrero no es para cualquiera, aunque está a la disposición de todo aquél que esté dispuesto a ser sometido a sus retos.
Aventurarse por dicho Camino significa cultivar el Yo Testigo, el Observador Interno, aquél que puede conversar provechosamente con las Runas.
Desde el principio las Runas asumieron una función ritual y servían para leer la suerte, para predecir y para invocar altos poderes que pudieran influenciar las vidas y fortunas del pueblo. El arte del Runemal concernía a todos los aspectos de la vida, desde los más sagrados hasta los más prácticos. Había Runas y hechizos para influenciar el clima, las mareas, las cosechas, el amor, las curaciones; Runas para la fertilidad, para maldecir y para deshacerse de las maldiciones, para el nacimiento y la muerte. Las Runas eran talladas en los amuletos, en los utensilios para beber, en las lanzas de batalla, sobre los umbrales de las casas y sobre las proas de los barcos vikingos.
Los lectores de Runas de los teutones y vikingos usaban sorprendentes vestiduras con las que se reconocían fácilmente. Honrados, bienvenidos, temidos, estos shamanes eran figuras familiares en los círculos tribales. Existe evidencia de que un buen número de practicantes rúnicos eran mujeres.
El autor anónimo de la obra del siglo XIII,
Vestía una capa adornada con piedras en los bordes. Alrededor del cuello y cubriéndole la cabeza usaba un capuchón bordeado de pieles de gato blancas. En una mano llevaba una estaca con una perilla en la punta, y del cinturón que mantenía cerrado su largo vestido colgaba un saco de dijes.
Para los ojos pre-cristianos, la tierra y todas las cosas creadas estaban vivas. Varas y piedras servían para adivinaciones rúnicas, pues siendo objetos naturales guardaban poderes sagrados.
Los símbolos rúnicos eran tallados en madera dura, grabados en metal o cortados en piel teñida con pigmento a menudo mezclado con sangre humana con el objeto de acrecentar la potencia del hechizo. Las Runas más comunes eran guijarros lisos y planos con símbolos o glifos pintados sobre uno de sus lados. Los practicantes del Runemal sacudían su bolsa y esparcían los guijarros sobre la tierra: aquellos que caían con los glifos hacia arriba eran entonces interpretados.
La descripción más explícita que sobrevive de este procedimiento proviene del historiador romano Tácito. Al escribir en el año 98 D.C. sobre las prácticas prevalecientes entre las tribus germánicas, reporta:
A la adivinación y a echar la suerte le prestan atención más que otros pueblos. Su método para echar la suerte es simple: cortan una rama de un árbol frutal y la dividen en pequeñas piezas, las cuales marcan con ciertos signos distintivos y las esparcen al azar sobre un lienzo blanco. Entonces el sacerdote de la comunidad, si la suerte es consultada públicamente, o el padre de familia, si es consultado en privado, después de invocar a los dioses con la vista vuelta hacia el cielo, recoge tres piezas, una ala vez, y las interpreta de acuerdo con los signos previamente marcados sobre ellas.(Germania, Ch.X)”
Y, tal y como realicé en
Hávamál. Canto I
- Geðspeki -
“Para el Invitado”
Sirva para la luz.
1 comentarios:
Gracias Margarita por su visita y me alegra su descubrimiento de las runas, son realmente mágicas.
20 julio, 2009 10:17Como podrá ver en el blog voy haciendo entradas acerca de la historia y mitología rúnicas, para que se pueda apreciar y situar a las mismas un poco mas en su contexto.
Voy añadiendo información, espero que pueda continuar paseando por ésta, su casa.
Un abrazo.
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Nota: Siento añadir verificación de palabra, tema spams.