Los carros estaban preparados, los corceles Arvakr (el despertador temprano), Allsvinn (el marchador veloz) y Alsvider (el más veloz), enganchados e impacientes para comenzar lo que iba a ser su recorrido diario, pero ¿quién iba a guiarles por el camino correcto?.
Los dioses buscaron a su alrededor y los dos bellos hijos del gigante Mundilfer llamaron su atención. El gigante estaba muy orgulloso de sus hijos y les había dado el nombre de las recién creadas orbes, Mani (Luna) y Sól (Sol). Sól, la doncella del Sol, era la esposa de Glaur (el brillo), el cual era probablemente uno de los hijos de Surtr (líder de los gigantes de fuego y guarda de las fronteras de Muspellsheim)
Mani y Sól por Lorenz Frolich
Los nombres asignados probaron haber sido otorgados acertadamente, pues el hermano y la hermana fueron nombrados los encargados de conducir los corceles de sus brillantes homónimos. Tras recibir los consejos de los dioses, fueron llevados hasta el cielo y día tras día, cumpliendo con sus obligaciones asignadas, conduciendo los corceles a través de los senderos celestiales.
Dice así el Hávamál:Sabed que Mundilfer (el gigante) es el alto
padre de Mani y Sól:
los años pasarán uno tras otro,
mientras ellos marcan los meses y los días.
padre de Mani y Sól:
los años pasarán uno tras otro,
mientras ellos marcan los meses y los días.
Después, los dioses convocaron Nótt (noche), una de las hijas del gigante Norvi, y le confiaron el cuidado de un oscuro carro tirado por un corcel negro, Hrímfaxi (crines de hielo), de cuyas crines ondeantes cae el rocío y la escarcha todas las mañanas hasta la tierra.
Nótt cabalgando a Hrímfaxi de Peter Nicolai Arbo
La diosa de la noche se había casado en tres ocasiones y con su primer esposo, Naglfari, había tenido un hijo de nombre Aud; con el segundo Annar, una hija llamada Jörd (tierra) y con el tercero, el dios Delliger (amanecer) dios del crepúsculo, otro hijo, cuya belleza era sublime y al cual se le dio el nombre de Dagr (día).
Tan pronto como los dioses se percataron de la existencia de este hermoso ser, le proporcionaron un carro tirado por el resplandeciente corcel blanco Skinfaxi (crines brillantes), de cuyas crines resplandecientes, rayos de luz brillan en todas direcciones, alumbrando el cielo y la tierra, iluminando el mundo y trayendo consigo luz y alegría para todos.
Tan pronto como los dioses se percataron de la existencia de este hermoso ser, le proporcionaron un carro tirado por el resplandeciente corcel blanco Skinfaxi (crines brillantes), de cuyas crines resplandecientes, rayos de luz brillan en todas direcciones, alumbrando el cielo y la tierra, iluminando el mundo y trayendo consigo luz y alegría para todos.
Dagr monta a Skinfaxi de Peter Nicolai Arbo
Fuente Anónima
6 comentarios:
Siempre es un placer leer estas leyendas.
07 julio, 2009 11:31Un saludo.
Gracias cariñete.
07 julio, 2009 11:36Besets.
Como siempre molan un montón :)
08 julio, 2009 10:59Estoy leyendo ahora mismo un libro que se llama "La Espada Rota" que se basa todavía más en las leyendas nórdicas que el mundo de Tolkien.
Besos Edda
Interesante Pharpe, no lo conozco, ya me contaras.
08 julio, 2009 14:40Besets.
Edda, Precioso como todo lo que escribes. Un besote. Uruguayita.
08 julio, 2009 17:58Hola Uruguayita! ¿Ves como si que estás? (los otros 3 comentarios los he eliminado)
08 julio, 2009 22:19Si es que además llevo un día de guaus! pero Muchas Gracias por tus palabras, en este mismo instante me vienen fenomenal.
He metido la gamba en el blog y estoy intentandolo solucionar, pero será costoso y largo y creo que ... me volveré loca!
Besotesssss! :D
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Gracias por tus palabras, siempre son bienvenidas.
Recibe mi abrazo más luminoso.
Nota: Siento añadir verificación de palabra, tema spams.