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San Antonio de Padua

13.6.11


San Antonio de Padua con el Niño Jesús de F. Zurbarán



Hoy se celebra la festividad de San Antonio de Padua (1195-1231). Fraile Franciscano. Doctor de la Iglesia.

Nacido en Portugal con el nombre de Fernando de Bulloes y Taveira de Azevedo, adquirió el apellido de la ciudad italiana donde murió y donde se veneran sus reliquias.

"El santo de todo el mundo", así le llamo León XIII pues su imagen y devoción se encuentran por todas partes.

Según un cronista de su época: "Era poderoso en obras y en palabras. Su cuerpo habitaba esta tierra pero su alma vivía en el cielo".

Considerado "Doctor Evangélico", escribió sermones para todas las fiestas del año.

En una ocasión dijo: "El gran peligro del cristiano es predicar y no practicar, creer pero no vivir de acuerdo con lo que se cree".

Es el patrón de las mujeres embarazadas, de los pobres, de los viajeros, albañiles, panaderos, marineros y papeleros. De los ancianos, de los animales domésticos, de las cosechas.

Se le invoca por los objetos perdidos y para pedir un buen esposo/a. Su intercesión es extraordinaria.

Cuentan que en una ocasión, cuando los herejes de Rimini (Norte de Italia, donde fue enviado a predicar para la conversión de herejes) le impedían al pueblo acudir a sus sermones, San Antonio se fue a la orilla del mar y empezó a gritar: "Oigan la palabra de Dios, Uds. los pececillos del mar, ya que los pecadores de la tierra no la quieren escuchar". A su llamado acudieron miles y miles de peces que sacudían la cabeza en señal de aprobación. Aquel milagro se conoció y conmovió la ciudad, por lo que los herejes tuvieron que ceder.

A pesar de estar muy enfermo de hidropesía, predicaba los 40 días de cuaresma. La gente presionaba para tocarlo y le arrancaban pedazos del hábito, hasta el punto que hacía falta designar un grupo de hombres para protegerlo después de los sermones.

En la primavera de 1231, después de predicar una serie de sermones, su salud comenzó a ceder y se retiró a descansar, con otros dos frailes, a los bosques de Camposampiero. Pronto se dió cuenta de que sus días estaban contados y pidió que le llevasen a Padua. No llegó vivo más que a los aledaños de la ciudad. El 13 de junio de 1231, en la habitación particular del capellan de las Clarisas Pobres de Arcella recibió los últimos sacramentos. Entonó un canto a la Santísima Virgen y sonriendo dijo: "Veo venir a Nuestro Señor" y murió.

La gente recorría las calles diciendo: "¡Ha muerto un santo! ¡Ha muerto un santo!". Al morir tenía tan solo treinta y cinco años de edad. Los paduanos han considerado siempre sus reliquias como el tesoro más preciado.

Fue canonizado antes de que hubiese transcurrido un año de su muerte. En esa ocasión el Papa Gregorio IX pronunció la antífona "O doctor optime" en su honor y, de esta manera, se anticipó en siete siglos a la fecha del año 1946, cuando el Papa Pío XII declaró a San Antonio "Doctor de la Iglesia".

Se le llama el "Milagroso San Antonio" por su interminable lista de favores y beneficios que ha obtenido del cielo para sus devotos, desde el momento de su muerte. Uno de los milagros más famosos de su vida es el de la mula: Quiso un hombre retarle a San Antonio a que probase con un milagro que Jesús está en la Santa Hostia. El hombre dejó a su mula tres días sin comer, y luego cuando la trajo a la puerta del templo le presentó un bulto de pasto fresco y al otro lado a San Antonio con una Santa Hostia. La mula dejó el pasto y se fue ante la Santa Hostia y se arrodilló.


Oraciones


¡Oh admirable y esclarecido protector mío, San Antonio de Padua! Siempre he tenido grandísima confianza en que me habéis de ayudar en todas mis necesidades, rogando por mi al Señor a quien servisteis, a la Virgen Santísima a quien amasteis y al divino Niño Jesús que tantos favores os hizo. Rogadles por mi, para que por vuestra poderosa intercesión me concedan lo que pido.
¡Oh Glorioso San Antonio! Pues las cosas perdidas son halladas por vuestra mediación y obráis tantos prodigios con vuestros devotos; yo os ruego y suplico me alcancéis de la Divina Majestad el recobrar la gracia que he perdido por mis pecados, y el favor que ahora deseo y pido, siendo para Gloria de Dios y bien de mi alma. Amén.




Pedir su intercesión


¡Oh glorioso San Antonio!, a quien Dios ha elegido como intercesor nuestro en los apuros y pérdidas de la vida material, y como protector de los pobres ante los ricos: protégenos con tu favor en todas las necesidades y enredos de nuestra vida, danos sincero amor de los pobres, mucha confianza en Dios y alto aprecio de la vida eterna, a la cual se ordena toda la vida temporal.
Especialmente suplicamos tu intercesión en este favor que te pedimos.




Más información y textos de: franciscanos.org, corazones.org, devocinario.com

Sirva para la Luz.


1 comentarios:

Anónimo dijo...
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Recibe mi abrazo más luminoso.

Nota: Siento añadir verificación de palabra, tema spams.

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