Tara, trae a tu vida todo lo necesario

Tara blanca

Tara, capaz de realizar todos los deseos de los seres, es la manifestación de la Compasión. Su nombre significa "estrella" y es una diosa importante del panteón tibetano. Ayuda a aquellos que la invocan en momentos de absoluta necesidad y le piden que sean llevados a senderos más firmes, con serenidad y fortaleza interior. Es la diosa también del autodominio y misticismo y lleva a cabo y cumple las actividades iluminadas de todos los Budas.

En ciertos aspectos es comparada con Kwan Yin en China, a la Virgen María, a Isis en Egipto, y a Sakti, Parvati, Sita o Radha del Hinduísmo.


En los tiempos del Buda Mahavairochana, había un gran rey que tenía una hija llamada Princesa Metok Zay, (hermosa flor). Era devota en oraciones, realizando grandiosos ofrecimientos. Sus actividades generosas, valientes, pacientes y compasivas eran ofertadas para el beneficio de todos los seres.


Cuando el Buda preguntó a la Princesa que era lo que ella deseaba, cuál era la intención en su corazón, ella contestó: "Permanecer es este mundo hasta que cada uno de los seres sintientes se haya liberado por completo". Fue una alegre sorpresa para el Buda, que nunca había escuchado a nadie ofrecer una aspiración tan elevada y noble, tan valiente y desinteresada. En respuesta a sus sacrificios personales, su virtud y sus aspiraciones, declaró la oración de las veintiuna alabanzas a Tara, una alabanza para cada una de las veintiuna cualidades de Tara.


Se llegó a saber que la Princesa Hermosa Flor era una emanación de la deidad Tara, que originariamente brotó de las lágrimas de compasión derramadas por el Bodhisattva Avalokiteshvara o Chenrezig, bodhisattva de la Compasión, pues sentía inmensa compasión por los seres vivos, y aunque se esforzaba sin  cesar por ayudar a los seres, sentía un gran pesar al ver que continuaban cayendo, sin remedio, en los reinos inferiores de existencia, y que eran muy pocos los que progresaban en el camino hacia la iluminación.


En su desesperación y debido a su compasión inaguantable, Avalokiteshvara lloró de angustia y rezó para que su cuerpo se rompiera en mil pedazos rogando para morir, ya que sintió que había sido incapaz de realizar su tarea de rescate a los seres vivos del sufrimiento.


De sus lágrimas, surgió Tara diciéndole: "Oh Ser Noble, no abandones la sublime tarea de beneficiar a los seres sintientes. Yo he sido inspirada por ti y me he regocijado en todas tus acciones altruistas y desinteresadas. Yo entiendo los grandes apuros y dificultades por lo que has pasado. Pero tal vez, si adopto la forma de un Bodhisattva femenino con el nombre de Tara, como una contraparte tuya, entonces podría asistirte en tus más loables esfuerzos".


Al escuchar esto, Avalokiteshvara se llenó de gran entusiasmo y de un coraje renovado, y en ese momento tanto él como Tara fueron bendecidos por el Buda Amitaba por el compromiso que mantenían al permanecer en el camino del bodhisattva.


En el momento en que Avalokiteshvara lloró de desesperación, su cuerpo había estallado en mil pedazos y entonces surgió de nuevo con once cabezas y mil brazos, con un ojo en la palma de cada mano, de ahí se puede ver la conexión entre Tara y Avalokiteshvara.

Avalokiteshvara

Desde entonces, se dice, que cualquiera que recite la alabanza a las veintiuna Taras, puede estar seguro de recibir increíbles beneficios. Se dice que Tara Verde no solamente concede a los seres todo lo que necesitan, sino que también despeja cada uno de los mayores miedos, como los ocho o dieciséis miedos comunes que incluyen: miedo a los robos, a los ladrones, al agua, a las serpientes, al veneno, al encarcelamiento ... incluyendo los miedos internos.


Cualquier miedo que podamos sufrir, recitando las veintiuna alabanzas a Tara, o aunque solamente recitásemos su mantra: "OM TARE TUTTARE TURE SO HA", nuestros miedos y tribulaciones son pacificadas y nuestras necesidades satisfechas.


Lo único que necesitas es intentarlo, probarlo, para despejar los obstáculos y dificultades, las que sean, pues todas pueden ser despejadas y aliviadas mediante el ofrecimiento de la alabanza a Tara. Rezando a Tara, todos los obstáculos potenciales pierden su poder para causarte daño, nada puede tocarte o dañarte de ninguna manera, te vuelves impenetrable, inexpugnable. Es un método especialmente rápido y cercano para las practicantes femeninas, pues el arquetipo del principio femenino y aceptada como buda femenino.


Tu palabra puede ser transformada en el mantra, tus pensamientos en sabiduría. Ya no eres un ser ordinario, tu cuerpo, palabra y mente han sido completamente elevados al estado exaltado de la misma Tara, transformados en la forma, el mantra y la sabiduría de Tara.


Las dos formas más conocidas de Tara son Tara Verde y Tara Blanca, aunque se completa en un total de veintiuna manifestaciones. La verde protege de los miedos, peligro y enemigos y la blanca se invoca para curación y longevidad. 


Recita alabanzas a Tara lo máximo que puedas en el transcurso de tu vida diaria, aunque sea el mantra "OM TARE TUTTARE TURE SO HA". Por lo menos puedes recitar "Tara, Tara, Tara, K" o "Tare, Tare, Tare, K" pues cuando llamas a alguien por su nombre ¿a que te presta atención?, pues ella te escuchará y te responderá, hazlo y compruébalo, pero como dice un antiguo sabio "Aya Tara responde instantáneamente a todas las oraciones desinteresadas. Los deseos egoístas corren el riesgo de tomar algo más de tiempo".

"OM TARE TUTTARE TURE SO HA"